La geriatra Rosy Pereyra Ariza advirti贸 que los centros privados de cuidado de adultos mayores deben ser supervisados con mayor rigor, porque se conocen situaciones de abuso y descuido en detrimento de la condici贸n f铆sica y mental de las personas que son atendidas en algunas de esas instalaciones.
En ese sentido expres贸 que si los familiares notan que el envejeciente tiene moratones en el cuerpo o est谩 retra铆do, deben indagar, porque muchas veces no dicen nada por temor a represalias.
“Hay muchos centros de cuidado permanente que son privados, de clase media alta, que deben ser supervisados porque se ve de todo en esos centros, uno ve abusos, descuido, y como no tienen la supervisi贸n del Estado crecen como hongos.
“Se ven abusos f铆sicos, psicol贸gicos y sexuales; el m谩s com煤n de todos los abusos, donde quiera, en las comunidades o en los hogares, es el abuso psicol贸gico por maltrato verbal”, expres贸.
Al ofrecer la informaci贸n Pereyra Ariza expres贸, sin embargo, que el Consejo Nacional de la Persona Envejeciente (CONAPE) realiza esfuerzos para fortalecer esa supervisi贸n.
La geriatra cuestion贸 adem谩s el trato deshumanizado que se les da a los envejecientes en determinados centros de cuidado permanente, al extremo que pierden hasta su identidad.
“Hay personas en esas instituciones que pierden su yo, ya no los llaman por su nombre, no tienen clasificada su ropa con su nombre, para que el sentido de pertenencia est茅 ah铆, muchos hogares hacen eso.
“Nosotros nos salvamos porque la mayor铆a de los centros de atenci贸n de cuidado permanente est谩n manejados por religiosas”, destac贸.
Pereyra Ariza explic贸 que la demanda de centros de cuidado, tanto p煤blicos como privados, supera la oferta, pese a que esas instalaciones han aumentado con el paso del tiempo.
Seg煤n los registros de CONAPE, en el pa铆s hay 6 centros de acogida que reciben a los envejecientes por 12 horas, lo que representa una ayuda para sus familiares.
Adem谩s hay 33 centros de cuidado permanente distribuidos en todo el pa铆s, y 100 fundaciones ligadas a la protecci贸n de ese segmento de la poblaci贸n.
En los entornos familiares tambi茅n se cometen agresiones contra los envejecientes, afirm贸 Pereyra Ariza al destacar que el abuso igualmente puede ser f铆sico como psicol贸gico.
En ese contexto destac贸 que los adultos mayores que poseen riquezas, y que tienen algunos rasgos de demencia, a veces son v铆ctimas de sus propios hijos.
Al abordar ese aspecto Pereyra Ariza afirm贸 que en su consulta ella se cuida de etiquetar con demencia a un adulto mayor, porque eso puede derivar en muchas complicaciones.
“Usted tiene una persona mayor, que siempre fue proveedor, hizo sus ahorros para cubrir sus gastos cuando fuera mayor, entonces ah铆 comienzan algunos familiares que les quieren quitar el control sobre sus bienes.
“No han sido una, ni dos, las veces que yo he perdido pacientes porque les digo a sus familiares que no puedo etiquetar a nadie como demente para que tomen el control de sus bienes, si esa persona est谩 bien”, destac贸 la experta.
“Si usted es un m茅dico con 茅tica no hace eso, esas son cosas que se ven, el mundo de los enfermos mentales es muy amplio y se cometen abusos de todo tipo”, expres贸.
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