“¿Cómo se están haciendo con la escasez de agua por aquí?”, la respuesta fue un “¡Ay muchacha!” mientras se llevó las manos a la cabeza y narró la travesía en la que él y todos los residentes de Palma Real, en la avenida República de Colombia, en Santo Domingo, se encuentran envueltos.
Quienes viven en los diferentes barrios en el perímetro del Distrito Nacional mantienen el grito en el cielo desde hace un promedio de quince días debido a la falta de agua y la “poca actividad de las autoridades para abastecerlos”.
“Es un lío. Estamos pasando muchísimo trabajo por aquí y uno no sabe ya ni qué hacer. Hay que salir a buscar agua donde los vecinos que tienen cisterna, salir a comprar tanques… buscársela como uno pueda porque los primeros que no hacen ni han dado la cara por aquí son las autoridades”, manifestó Frank, en Palma Real.
Según explicaron, lo natural es que las bombas con las que la Corporación de Acueductos y Alcantarillados de Santo Domingo (CAASD) les suministra agua, sean encendidas martes y sábados durante unas 24 horas, lo que les dota de un tiempo suficiente para aprovisionarse.
No obstante, debido a la disminución de los caudales de los ríos Haina, Duey, Isa, Mana, Isabela, Nizao y Ozama, quienes suplen los principales acueductos, lo que implicó un declarado estado de sequía, la corporación ha estado disminuyendo sus tiempos de expendio de agua y tras largos días sin recibir el líquido en sus conductos, el pasado sábado recibieron agua por no más de quince minutos.
“El sábado mandaron el agua y fue una cuestión de cinco minutos y de madrugada, esos eran unos chorritos que ni aunque tú quisieras podrías coger”, aseguró Heisa, quien fue vista trasladando una cubeta de agua desde el frente de la casa de un vecino hasta su negocio.
Un nuevo estilo de vida
Entre los sectores de la República de Colombia, excepto en la calle principal, la gente ha adoptado la mecánica de ubicar frente a sus casas tanques y tinacos para que les sea más fácil llenarlos tras la compra de camiones de agua, su nueva metodología para salvaguardarse.
“En eso es que está todo el mundo por aquí, en comprar camiones de agua”, explicó Powell Valerio, quien además contó que a pesar de la difícil situación en la que se encuentran envueltos ante la falta del líquido, las autoridades no han realizado operativo “ni siquiera de concientización”.
“La CAASD por aquí no ha hecho ni la más mínimas de las apariciones, no pasan camiones, nada. Ni siquiera a hablar con la población y poner a uno al día con lo que está pasando”, dijo Valerio.
De acuerdo con los mismos pobladores, para quienes no tienen para hacer compras regulares de camiones de agua a 1,300 pesos, la salvación ha sido la benevolencia del “Grupo Hormigones Almería”, “Grupo Alonzo” y otras empresas industriales equivalentes a la zona de procedencia.
En otros puntos, se han organizado entre vecinos para comprar entre todas la cantidad de galones suficientes para llenar cisternas y poseer una cantidad de agua por mayor tiempo, otros han acudido a la compra recurrente de botellones de agua para realizar actividades fuera de las que normalmente se usa; como aquella de aseo personal y limpieza.
“Es botando el dinero que uno está, pero no queda de otra porque ¿con qué nos bañamos? Eso es de hasta cinco botellones de agua diario en una casa como la mía que somos cuatro personas”, expresó Elsa Lara, dueña de un colmado.
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